En los últimos años, el Chaco Paraguayo se ha ido posicionando como foco atractivo para diferentes proyectos extractivos, especialmente centrados en la prospección y explotación de petróleo, gas natural y litio, impulsados por el avance de la ruta Bioceánica.
La Región Occidental fue una de las grandes protagonistas en el último 16º Foro Internacional de Gas y Energía, que tuvo lugar por primera vez en Paraguay el pasado 3 al 5 de abril. Allí, el discurso del presidente Santiago Peña se refirió con atención al potencial de la prospección de hidrocarburos y de la minería en el Chaco como “oportunidad” para “ampliar la matriz energética en el país”. De igual manera, el director de Hidrocarburos del Viceministerio de Minas y Energía (VMME) del Paraguay, Julio Albertini, destacó el “régimen fiscal amigable”, en donde Paraguay ofrece la menor tasa impositiva para estas grandes compañías extranjeras, en comparación con Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay.
En el mismo Foro, diferentes representantes de grandes multinacionales vinculadas con la explotación de petróleo, gas y litio, resaltaron el potencial del Chaco. En cuanto a los hidrocarburos, mencionaron la oportunidad de explotación convencional y no convencional, como el fracking. Respecto al litio, se afirmó que la situación del Chaco Paraguayo no es muy diferente a la de Argentina 15 o 20 años atrás, por lo que la Región Occidental del Paraguay tiene la posibilidad de reconfigurar el triángulo del litio —conformado por Argentina, Bolivia y Chile—, que recordamos concentra la mayor parte de este mineral en el planeta.
La proporción de RIMAs que afectan el territorio tradicional ayoreo y las zonas de presencia de grupos aislados ha aumentado el año pasado
Estas declaraciones de la industria extractiva van de la mano con el aumento significativo de la cantidad de Relatorios de Impacto Ambiental (RIMA), presentados al Ministerio de Desarrollo Sostenible (MADES), que comprometen al territorio ayoreo y a las zonas donde se ha identificado presencia de grupos en aislamiento voluntario. El incremento se dio de 13 de 32 RIMAs el primer semestre a 34 de 76 RIMAs en el segundo semestre del 2023.
Respecto a los RIMAs que proponen prospección minera, la mayor parte de la superficie compromete territorio ayoreo y zonas de presencia de grupos en aislamiento voluntario. El año pasado nosotros habíamos advertido con un artículo publicado: “La vulneración de los derechos a los territorios tradicionales y a la consulta previa, libre e informada provocada por la fiebre del litio y otros minerales en nuestros países vecinos, va llegando al territorio del Chaco paraguayo”.
El extractivismo está cada vez más hambriento de territorio indígena
El 18 de diciembre de 2023 fue presentado un proyecto de ley de fideicomiso que afecta al Patrimonio Natural y Cultural Ayoreo Totobiegosode (PNCAT). Unos días más tarde, uno de los senadores proyectistas retiró su firma del proyecto ante “la existencia de la Resolución 4/2016 medida cautelar N°54-14 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la obligación de consulta previa, libre e informada ante cualquier proyecto que afecte comunidades indígenas”. En febrero de este año, los ayoreo totobiegosode denunciaron no haber sido informados de la existencia de este proyecto de ley y que la misma no cuenta con su consentimiento. El proyecto de ley, que viola convenios internacionales, continúa en trámite a la fecha en espera del dictamen de la Comisión Asesora Permanente de Pueblos Indígenas. Este proyecto, que aparentemente buscaría una solución al conflicto de intereses sobre el territorio del PNCAT, sólo beneficia a las grandes estancias exportadoras de carne y cueros para la industria europea, a partir de deforestaciones realizadas posteriormente a la declaración del Patrimonio, e incluso posteriores al límite establecido por la Unión Europea para su recepción de productos agropecuarios del Paraguay.
Por otro lado, el avance de la Ruta Bioceánica y del Puente entre Puerto Murtinho (Brasil) y Carmelo Peralta (Paraguay) ha suscitado un mayor interés por parte de individuos y empresas en territorios indígenas y los recursos que éstos poseen. Es importante destacar que el RIMA presentado originalmente al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) para el asfaltado del corredor había sostenido que no existían comunidades indígenas afectadas por esta megaobra.
Después de numerosas protestas, los ayoreo pudieron acceder a un Plan de Pueblos Indígenas (PPI), considerado insuficiente por estas comunidades afectadas. El PPI no se encuentra a la altura del impacto de la Ruta y del Puente ni constituye una medida proporcional de mitigación ni de compensación, lo cual queda en evidencia con los impactos irreversibles que se encuentran experimentando estas comunidades —quienes continúan llevando adelante diferentes causas judiciales para defender sus territorios— y el Chaco Paraguayo. El proyectado nuevo “hub logístico” de Sudamérica en Carmelo Peralta trae consigo numerosos escenarios que ponen en riesgo los territorios y las vidas de este pueblo indígena y de los últimos grupos en aislamiento voluntario.
Es evidente el creciente interés del gobierno paraguayo y las empresas multinacionales en la explotación de recursos en el Chaco Paraguayo hasta su agotamiento total. Para lograr este fin, se están utilizando diversos mecanismos de desposesión de tierras indígenas y de limpieza étnica. El Chaco está siendo objeto de la voracidad del Norte Global, que con la complicidad del gobierno, busca desesperadamente recursos del Sur para satisfacer la creciente demanda generada por la pretendida transición energética y la perspectiva de escasez de petróleo. Esto impulsa la búsqueda de recursos en territorios más remotos y riesgosos. Así, el Chaco Paraguayo está en la mira del extractivismo más despiadado, que enriquece al Norte a expensas del expolio del Sur.