Este pueblo cazador y recolector habitaba hasta mediados del siglo XX un territorio enorme, de más de 30 millones de hectáreas entre lo que hoy conocemos como Paraguay y Bolivia. Ocupaban prácticamente todo el espacio al interior del Chaco Boreal, delimitado por los ríos Paraguay, Pilcomayo, Parapetí y Río Grande. De esta manera, de norte a sur, su territorio se extendía desde las serranías de la Chiquitanía (Bolivia) hasta la zona que ocupan hoy las colonias menonitas del Chaco Central Paraguayo.

Eami

Es como denominan a su mundo, es más que solo un territorio, es un ser vivo que sustenta su cosmovisión y les brinda todo lo que necesitan para vivir. La flora, fauna y todo lo que les rodea constituyen una unidad indivisible de la cual el pueblo forma parte.

Sin embargo, este pueblo ha sido forzado a abandonar su forma de vida, hoy completamente diferente a sus usanzas tradicionales. La mayoría de los ayoreo fueron extraídos violentamente de su territorio a mediados del siglo XX para ser forzados a asentarse en pequeños asentamientos, donde hoy subsisten en situación de extrema vulnerabilidad, condiciones insalubres, sin acceso a agua potable y alimentos.

Quienes aún viven en aislamiento voluntario siguen utilizando las mismas rutas migratorias que han utilizado durante generaciones. Sin embargo, estas están cada vez más perturbadas y fragmentadas por los ocupantes de su territorio, restringiéndose el movimiento nomádico de los aislados.

La colonización de este amplio territorio desde mediados del siglo XX ha tenido graves consecuencias en lo social y en lo ambiental. El medioambiente chaqueño ha sufrido significativas transformaciones que han deteriorado de manera drástica la calidad de vida del pueblo ayoreo, tanto sedentarizados como en aislamiento voluntario.

Las instituciones encargadas de distribuir y controlar el uso de las tierras y los recursos están fallando en su responsabilidad, vendiendo tierras y aprobando proyectos de transformación de bosques y pastizales como si no estuvieran habitados. Peor aún, se comportan como si los habitantes de estas áreas fueran intrusos o carecieran de derechos legítimos a pesar de su histórica presencia y del reconocimiento por las normativas nacionales e internacionales. Esta falta de protección y reconocimiento pone en grave riesgo a las comunidades indígenas, quienes corren el peligro de ser expulsadas de sus hogares y privadas de sus medios de subsistencia y de vida.

En los últimos años, la construcción y asfaltado del corredor bioceánico a través del territorio ayoreo ha tenido preocupantes consecuencias. La invasión de inmuebles, la apertura de caminos, la tala y desmonte y la extracción de material pétreo han provocado la destrucción ambiental y de territorio indígena.

Las tierras ayoreo se han convertido en objeto de codicia para muchos que buscan usurparlas, aprovechando la falta de cumplimiento de las leyes y la complicidad de las autoridades que avalan estas acciones ilegales y criminales. Esta codicia ha llevado a la destrucción de bosques, de Eami, y de la memoria histórica de las comunidades ayoreo, asediadas y amenazadas en su supervivencia.

Como los ayoreo son el último pueblo indígena de la historia paraguaya en sufrir contacto forzoso, aún sobreviven ancianos con recuerdos de la vida en aislamiento voluntario. La reconstrucción de la memoria e identidad mantiene con vida la conciencia del territorio tradicional, la conformación de grupos locales en dicho territorio, así como el reconocimiento de lugares, al visitar sitios en los que hace apenas pocas décadas se desplazaban cuando aún vivían en aislamiento voluntario.

Según los datos disponibles, los ayoreo han sido despojados de su hogar, Eami, y forzados a asentarse en tierras reducidas, usurpándose de esta manera su territorio original en más del 98 %. Mientras que alguna vez ocuparon más de 11.000.000 de hectáreas, hoy su territorio se ha reducido a menos de 190.000 hectáreas de tierras tituladas o en proceso de titulación.

Territorio tradicional del pueblo ayoreo desde el periodo precolonial que aún es usado por grupos en aislamiento

Tierras actuales del pueblo ayoreo sedentarizado del Chaco Paraguayo

Fuente: Mapas elaborados según la memoria colectiva de las últimas tres generaciones ayoreo (1960 en adelante)