En Paraguay hay más de 20 millones de hectáreas de tierras malhabidas

Las 8 millones de hectáreas de tierras malhabidas representan una cifra incompleta.

 

La Comisión de Verdad y Justicia realizó un gran esfuerzo en un ambiente sumamente hostil. Lo cierto es que la labor de la CVJ no pudo finalizar ante diferentes sabotajes del régimen todavía vigente en el país. Las 8 millones de hectáreas originalmente comunicadas son solo el comienzo; hace falta considerar las 12 millones de hectáreas, como mínimo, de tierra espuria en el Chaco. 

 

Estas hectáreas están en manos de personas que se han apropiado de las mismas de forma ilegal a través de títulos falsos. Gran parte del Chaco consistía en tierras fiscales hasta hace muy poco y el régimen colorado ha usurpado casi la mitad del territorio paraguayo a lo largo de varias generaciones, en sus etapas estronista y post estronista actual.

 

Los legítimos dueños de las más de 12 millones de hectáreas son los diferentes pueblos originarios chaqueños quienes han sido y son todavía despojados violentamente de sus territorios en actos de limpieza étnica. La presente tiranía del Partido Colorado es responsable del genocidio y etnocidio de estas naciones.

 

Las consecuencias de la usurpación de tierras desemboca además en la actual crisis climática, producto del desmonte, contaminación y monocultivos. La emergencia de incendios y sequía en el Chaco paraguayo tiene responsables claros, quienes son los que están provocando la deforestación más acelerada del planeta, un crimen ambiental sin parangón.

 

Condenamos el proyecto de ley Zavala-Riera que busca blindar las tierras malhabidas, garantizar impunidad a los usurpadores de territorios y perseguir a indígenas y campesinos. 

 

Exhortamos la recuperación de las tierras espurias y la devolución a sus legítimos dueños: los pueblos originarios. Así mismo, instamos a la reparación por los crímenes de lesa humanidad cometidos en contra de ellos y por los daños ambientales. Por último, recordando la importancia de la recuperación de la memoria histórica, señalamos la necesidad de que la Comisión de Verdad y Justicia sea convocada nuevamente para que esta pueda completar su labor con miras a avanzar finalmente como sociedad hacia una democracia plena, que solo puede ser alcanzada desde la justicia.