En un artículo reciente de ABC Color el empresario Egon Neufeld, cuyas tierras son vecinas a la reserva Monumento Natural Cerro Chovoreca, indica que el fuego, que devastó más de 15.000 ha en ese sector, se originó al Sur del Cerro Chovoreca.
Comparando imágenes satelitales y focos de incendios (cuyo origen son datos de la NASA, de público acceso); podemos observar que el fuego se originó en el centro sur de la reserva (según los límites mapeados por el SINASIP).
Precisamente en el sector donde se inicia el primer conjunto de focos de incendio detectados el día 11 de Agosto por la mañana (satélite MODIS TERRA), se encuentra un establecimiento ganadero que ilegalmente ocupa parte de la reserva. Se trata de un puesto o retiro ganadero de la Estancia Karenina, en cuya entrada indica, paradójicamente, «Propiedad Privada».
Probablemente el origen del fuego haya sido una «limpieza» o chaqueo para favorecer el rebrote de los pastos nativos del lugar; sin embargo la imprudencia de hacer estas actividades en días de viento norte y la irresponsabilidad delictiva que esto representa al efectuarlo dentro de una reserva natural protegida por el Estado, condujo a una catástrofe ambiental, cuyas consecuencias no han sido aún evaluadas.
La ausencia del Estado Paraguayo en el control de las reservas naturales y en la protección de la naturaleza y de las vidas de las personas que viven en las regiones aisladas, pertenecientes al pueblo Ayoreo, son muestra clara de su desinterés por la conservación y la protección del patrimonio de la República, así como de la vida de las personas que optan por un modo no colonizado de existencia.
Las reservas naturales son en la actualidad uno de los pocos refugios que quedan a la gente Ayoreo del monte y a las especies superiores (yaguareté, tatú carreta, entre otras) ya que las estancias han «devorado» todos los bosques en función a la producción de capital a partir de la ganadería y explotación de los recursos naturales.
El encubrimiento sistemático de las violaciones a los derechos de la naturaleza (expresados en la propia existencia de reservas naturales) y los derechos de los grupos en aislamiento en dichas reservas, forma parte de las prácticas tácitamente instituidas por el Estado y sus funcionarios, que favorece la desaparición total de especies y grupos humanos no integrados al sistema.
¿Reaccionará el Estado Paraguayo en defensa de la naturaleza y de los grupos humanos aislados, sancionando a los responsables evidentes de esta catástrofe ambiental en el Cerro Chovoreca?
Y, si mágicamente lo hace, ¿quién pagará? ¿los dos o tres encargados del retiro ganadero, que viven tan aislados como los Ayoreo del monte? ¿o se sancionará al propietario, terrateniente y empresario asunceno, que ocupa ilegalmente esas tierras, teniendo dos estancias más en los alrededores?
Luís Maria de la Cruz