Carlos Diri Etacore es líder de la aldea Ayoreo Ijnapui, en el Departamento de Boquerón. El 4 de mayo, en la presentación al público del informe de la situación de los Ayoreo Aislados en el norte del Chaco Paraguayo en 2014 y 2015, el líder se dirigió a los presentes expresando las palabras que puede leerse a continuación
Soy líder de la comunidad en donde estoy viviendo, y en este último año me eligieron como presidente de la organización del pueblo Ayoreo (Unión de Nativos Ayoreo de Paraguay)
Estoy viviendo dentro del territorio donde están viviendo los no contactados, los ayoreo que están en aislamiento voluntario. Digo esto porque el año en que conformamos esta comunidad, el 2006, ahí teníamos mucho bosque todavía. En ese año vimos muchas huellas, rastros, pisadas, de donde la gente sacaba miel, la cacería de los animales. Ustedes vieron allí en la imagen. Ese año fue de mucho movimiento de la gente que no está contactada. No sé qué es lo que querrán ellos, pero los ancianos que estuvieron allí con nosotros pensaron que la gente está buscando un lugar donde no hay mucho movimiento de las maquinarias, donde no hay mucho ruido de la gente blanca.
Nosotros también vivimos como ellos: vivimos de la cacería, vivimos de la cacería de la miel. Ellos son nuestra gente, son humanos que también viven de la cacería, viven del monte. Yo soy un cazador, entonces mucho recorro el territorio. Cuando yo veo algo extraño o nuevo por allí, señales que no son de mi gente (de la aldea), respeto eso. Dejo la zona por algún tiempo para que el otro pueda hacer su cacería allí. Respeto. Dejo algún tiempo y voy por otros lados de cacería porque como estoy diciendo, vivimos de la cacería.
De la ciudad de Filadelfia esa comunidad (Ijnapui) queda a 110 km. Cuando estuvimos allí había mucho monte todavía. Como ustedes escucharon muchas veces, los ganaderos están deforestando mucho, diariamente. Hoy en día ya no tenemos casi monte, pero hay un monte que es de Faro Moro, monte que ellos dejaron como reserva. Ese bosque es de 50.000 hectáreas, y allí vimos otra vez las huellas este año. Nosotros pensamos que la gente que no está contactada está buscando un lugar donde hay poco ruido. Donde hay monte donde puedan conseguir más alimento para sus familias, porque ustedes saben que, los que vivimos del monte, de allí nos alimentamos por los frutos que ofrece. Respetamos.
Hay dos lugares por donde ellos están corriendo hoy en día en esa zona, otra es al norte de nuestra zona, que es Amotocodie. Sabemos bien que ese es su territorio y ellos recorren por donde hay menos ruidos. Porque no podemos quedarnos en un solo lugar (hace referencia a la cultura nómada de los aislados). Podemos buscar también zonas donde hay más alimentos para la familia, más silencio, agua y otros.
Estuve también recorriendo por muchas zonas de nuestro Chaco Paraguayo. El año pasado cuando se quería explotar Cerro León, fui para defenderlo. Gracias a que se paró pueden vivir tranquilos allí (los aislados).
Sabemos bien que el bosque es nuestra madre. Sabemos que una cosa que se destruye ya no va a crecer más. La tierra no crece, una reserva que se destruye ya no crece más, y un cerro que se rompe ya se acabó. ¿Y por qué vamos a nombrar Cerro León si ya no existe más? Debalde vamos a decir. Esta es la idea del pueblo Ayoreo, y es un lugar sagrado y por eso lo defendimos mucho.
Esto es lo que estoy diciendo hoy. Muchas gracias una vez más a la gente presente.