Las autoridades determinaron el próximo 26 de mayo como nueva fecha para el inicio de la mensura de la propiedad del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), destinada a los Ayoreo de Cuyabia.
La suspensión de la tarea de medición fue a consecuencia del temporal que azotó el pasado día (21 de Abril) la zona chaqueña. Mientras tanto, los indígenas siguen preocupados por la deforestación que se sigue dando dentro de los límites de la propiedad, por parte de algunas empresas ganaderas asentadas en el lugar.
Si bien la condena a Rubén Quesnel, extitular del INDI, quien había vendido de manera irregular las 25 mil hectáreas pertenecientes al pueblo Ayoreo, es considerada histórica, los mismos siguen clamando al estado el cese del desmonte de su territorio.
Actualmente, la extensa propiedad se encuentra rodeada de once estancias, cuyos socios, en su mayoría extranjeros, aprovechan las facilidades impositivas así como también las ventajas en cuanto a restricciones ambientales se refiere.
Desde el año 2012 existe una medida de no innovar sobre la superficie que indican las coordenadas de la propiedad. Sin embargo, esa disposición es incumplida por las empresas en contubernio con las autoridades estatales.
Ese es el caso de A. Brandenstein Agro Forest Investiment (BAFI) S.A.; identificada como una de las importadoras de maquinaria pesada Cartepillar (CAT) en Paraguay, productos de la alemana Zappelin Baumaschinen Gmbh. A la lista se suma B. Ganadera FH, de H. Friesen; FH Molinos Harineros, empresa menonita de Sommerfeld (region Oriental, zona de Campo 9), vinculada al grupo economico Hildebrand.
La compra de estas propiedades se realizó entre el año 2006 y 2007 a través del INDERT, cuyos representantes otorgaron títulos superpuestos a sabiendas que eran terreno del INDI.
AMENAZAS CONSTANTES. Líderes denunciaron reiteradas amenazas y acosos por parte de los estancieros asentados en la zona.
Datos indican que unas 3.000 hectáreas perteneciente al pueblo Ayoreo ya fueron deforestadas y que el robo de árboles de palo santo también es una constante en el sitio.
Si bien la condena a Rubén Quesnel, extitular del INDI, quien había vendido de manera irregular las 25 mil hectáreas pertenecientes al pueblo Ayoreo, es considerada histórica, los mismos siguen clamando al estado el cese del desmonte de su territorio.
Actualmente, la extensa propiedad se encuentra rodeada de once estancias, cuyos socios, en su mayoría extranjeros, aprovechan las facilidades impositivas así como también las ventajas en cuanto a restricciones ambientales se refiere.
Desde el año 2012 existe una medida de no innovar sobre la superficie que indican las coordenadas de la propiedad. Sin embargo, esa disposición es incumplida por las empresas en contubernio con las autoridades estatales.
Ese es el caso de A. Brandenstein Agro Forest Investiment (BAFI) S.A.; identificada como una de las importadoras de maquinaria pesada Cartepillar (CAT) en Paraguay, productos de la alemana Zappelin Baumaschinen Gmbh. A la lista se suma B. Ganadera FH, de H. Friesen; FH Molinos Harineros, empresa menonita de Sommerfeld (region Oriental, zona de Campo 9), vinculada al grupo economico Hildebrand.
La compra de estas propiedades se realizó entre el año 2006 y 2007 a través del INDERT, cuyos representantes otorgaron títulos superpuestos a sabiendas que eran terreno del INDI.
AMENAZAS CONSTANTES. Líderes denunciaron reiteradas amenazas y acosos por parte de los estancieros asentados en la zona.
Datos indican que unas 3.000 hectáreas perteneciente al pueblo Ayoreo ya fueron deforestadas y que el robo de árboles de palo santo también es una constante en el sitio.
Expresaron su temor con respecto a la depredación que puede tener como consecuencia la desaparición total del territorio ancestral.
Las tierras de la comunidad Cuyabia, ex San Lázaro, fueron adquiridas en el año 1996 por el Instituto Paraguayo del Indígena para los guaraní Ñandéva de San Lázaro y cedida mediante un acuerdo histórico a los Ayoreo. La comunidad se encuentra situada a unos 90 KM al noroeste de la ciudad de Mariscal Estigarribia, Chaco.