Discursos en la apertura de la Expo Neuland:  Negacionismo de la crisis climática

En la última Expo ganadera en el Chaco, los colonos ocupantes del territorio ayoreo (y de otros pueblos indígenas) y sus aliados extraterritoriales, tales como los mandamases de la Asociación Rural, la Gobernación y el Ministerio de Agricultura, se ocuparon de emitir enardecidos discursos sobre los valores de la familia cristiana y en contra de la evidencia fáctica sobre el cambio climático que evidenciamos todos quienes andamos con los ojos abiertos sobre esta tierra.

Pero, en realidad, esos exabruptos son producto de una gran confusión conceptual, de una pésima interpretación y una peor percepción sensorial de la realidad.

En cuanto a la defensa de la familia que pregonan, nada más letal para las mismas que los mentados “valores chaqueños” que observan quienes conducen el exterminio de los ecosistemas y los pueblos indígenas que sustentaban sus familias en ellos. Les aclaramos que todas las familias son igual de valiosas y merecedoras de protección. Es obvio que, en las mentes dogmáticas de los personeros de las castas y sectas dominantes, sólo sus familias son dignas de protección, cuidado y derechos. Eso es inaceptable desde los postulados y preceptos de la Constitución Nacional que ellos mismos dicen venerar. Les recordamos, además, que su manera de pensar es incompatible con los más básicos preceptos democráticos y con los Derechos Humanos que, al no respetarlos, sólo sellan su desdén por la propia humanidad.

En cuanto a la negación del cambio climático y a la defensa a ultranza de la deforestación que realizaron en uno de los discursos menos informados que fueran pronunciados bajo este cielo, lo que se oye inequívocamente es el aliento a provocar más y más cambios negativos en el sistema climático. Sólo recordemos que las emisiones de gases de efecto invernadero del Paraguay de los últimos 20 años, aumentaron en un 98% debido a la deforestación en el Chaco (WRI/CAIT, 2019). Detrás de esa cifra hay usurpación de tierras a los pueblos indígenas, transferencias ilegales de tierras que despojan al pueblo de su heredad territorial, entrega de la soberanía a empresarios extranjeros de dudosas credenciales cívicas y la apertura del territorio defendido por la “Generación de la Victoria” a narcotraficantes y contrabandistas.

El pueblo paraguayo está hastiado del despiste moral de la oligarquía nacional y de los advenedizos privilegiados que blanden con arrogancia su degenerado filo sobre seres humanos que se encuentran postrados por el peso de siglos de injusticia amontonada sobre sus espaldas.

Esta hipocresía es inaceptable, no podemos permitirla más, debemos ponerle fin, así como al egoísmo y a la xenofobia que expelen en cada bocanada de aliento y cada latido de sus corazones. La mejor manera de hacerlo es dejando de ser sus clientes, abandonando sus tiendas, y poniendo en evidencia las gravísimas consecuencias de sus decisiones.

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Centro de Estudios Heñói

Iniciativa Amotocodie