El norte del Chaco paraguayo está habitado. Sus habitantes son los ayoreo quienes llevan viviendo allí desde hace milenios, y hoy resisten a la deforestación más veloz del planeta. El pueblo está amenazado por el genocidio y el etnocidio debido a la voracidad del agronegocio por sus tierras.
La tragedia de la deforestación del Chaco paraguayo, que puede evidenciarse desde el espacio, es también la tragedia del exterminio de un pueblo y una cultura. Los últimos ayoreo se debaten entre el aislamiento voluntario o sobreviven en la extrema pobreza, despojados de su hogar y de su cultura.
Este etnocidio es documentado por la cineasta paraguaya Aramí Ullón en “Apenas el Sol”, un largometraje que retrata a Matero Sobode Chiqueno en un intento por preservar su cultura y memoria. “Yo como inmigrante puedo volver a mi hogar y a mi manera de vivir. Los Ayoreo no tienen esa posibilidad y eso es desgarrador. La película es sobre la pérdida del propio hogar”, afirmó la directora del documental en el festival de cine WOW de Gales.
Por otro lado, los ayoreo actualmente también se encuentran luchando por la preservación de Cucaani, conocido en castellano como cerro Siete Cabezas, en Puerto María Auxiliadora, en Carmelo Peralta, Alto Paraguay. Este lugar de invalorable biodiversidad, también corre peligro. El cerro representa un lugar de gran importancia para la cultura ayoreo, ya que además ahí están enterrados los ancestros del pueblo.
Los pueblos originarios constituyen los mejores defensores de la biodiversidad. Su cosmovisión y modo de vida enteramente sostenibles han preservado la gran riqueza ambiental del Chaco paraguayo durante miles de años. La crisis climática que estamos viviendo será mitigada solamente si protegemos a quienes verdaderamente protegen el medioambiente. Es decir, los hombres verdaderos. Que es el significado del nombre “Ayoreo”.
