CONOCER ASÍ LA TIERRA DE MIS ANCESTROS…

Juana Chiquejno vive a orillas del Río Paraguay en la comunidad Isla Alta de Puerto María Auxiliadora, departamento de Alto Paraguay.  Cuando mira a la orilla opuesta ve la ciudad de Pto. Murtinho, en Brasil. En esa región del Chaco oyó desde pequeña las historias de sus ancestros, del monte y su gente en las regiones de Garai, de Pacoringai y Eejnamui. También de los alimentos que sus padres extrañaban: la rica fariña de raíz de palmas, palmitos, las mieles de distintas abejas y sus variados sabores, del agua sabor a tierra, del agua que mana de las piedras rojas, las hazañas del gran Manenáquide.

Desde entonces siempre quiso viajar a Chovoreca, pero siempre había una anciana o anciano que echaba de menos su tierra y finalmente iban ellos llenando los vehículos. A este viaje pudo sumarse. Por fin conocería el territorio de sus padres.

“Fui muy emocionada, pero me sentí muy mal durante este viaje. Me sentí mal por ver esos árboles, pensar en los animalitos, en los animales, pensar en cómo ellos corrían desesperados para poder llegar a un lugar donde el fuego no les pueda alcanzar.

Me sorprendió ver cómo el fuego arraso con todo, con los árboles, con los cocoteros, allí no hay nada de animales. En algunas ocasiones me hacía daño y tenía ganas de llorar, llorar con la naturaleza. Yo vi cómo la naturaleza sufrió con este fuego enorme.

¿Hasta cuándo? ¿Cuándo tenemos que esperar para que los árboles, lo cocoteros, tengan de nuevo vida?

Eso vamos a esperar. Tenemos que esperar. Los coñones dicen que dentro de unos meses va a estar todo bien. No es así. Vamos a esperar muchos años para que esto se normalice.

Solo dolor siento ahora. Más adelante pensaremos qué hacer”