Fuente: Última Hora, Edición Impresa.
Lunes, 21 de Noviembre de 2011
La Unión de Nativos Ayoreo del Paraguay denuncia que empresas invaden sus tierras en el Chaco, robando madera y cerrando accesos. Acusan al Indert de avalar la usurpación con la realización de una mensura.
Por Andrés Colmán Gutiérrez
[email protected]
«Hemos recurrido ya a la Fiscalía, a la Justicia, al Indert, al Indi, a la Seam, al Parlamento, a la Gobernación… pero nadie mueve un dedo para impedir que nuestras tierras sean invadidas, sean cerrados nuestros caminos de acceso y roben impunemente la mejor madera de nuestros bosques del Chaco», reclama Carlos Picanerai, secretario de la Unión de Nativos Ayoreo del Paraguay (UNAP).
Tras recorrer cerca de 750 kilómetros desde la región en conflicto, Carlos llegó hasta Asunción junto a otros cuatro líderes que representan a unos 2.000 indígenas de 20 comunidades ayoreo de los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay, en la Región Occidental, dispuestos a golpear todas las puertas para hacer oír sus denuncias ante lo que ellos consideran un nuevo y grave atropello a sus derechos.
«Somos los dueños legítimos, con los títulos de propiedad en nuestras manos. Son dos fracciones de terreno, de 1.800 y 2.000 hectáreas, en la zona conocida como Ñande Mba′e o Colonia Soldado Guaraní, en la parte sur de la zona de amortiguamiento del Parque Médanos del Chaco y dentro de la Reserva de la Biosfera, pero no respetan nuestros derechos», destaca el líder ayoreo.
Las tierras fueron adquiridas a través de la organización no gubernamental Iniciativa Amotocodie, con fondos de la organización Salva a la selva de Alemania, en base a donaciones de personas interesadas en proteger el hábitat natural de los ayoreos, y pensando principalmente en un lugar para los silvícolas totobiegosode que aún viven en el monte, sin hacer contacto.
IMPUNIDAD. Hace algunos meses aparecieron personas extrañas con maquinarias, que comenzaron a abrir picadas en el monte, en el territorio de los ayoreos, y a cerrar los caminos de acceso.
«Estos invasores de nuestras tierras instalaron casetas con policías y carteles que mencionan a una empresa que se llama Grupan SA y otra, Ganadera Divino Niño Jesús. Después supimos que siete personas están solicitando esos lotes al Indert (Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra) como si fueran lotes fiscales sin dueños, pero son solo prestanombres de estas empresas», alega Carlos Ducubide Picanerai, otro de los líderes ayoreo.
Los solicitantes de dichos lotes obtuvieron un recurso de amparo del juez Juan Carlos Molas, de Filadelfia, que les permite cerrar el paso a los indígenas. «No nos dejan entrar a nuestras tierras, nos cierran el camino con policías, mientras vemos que están robando ilegalmente la madera de nuestros bosques», reclaman los ayoreos.
INDIFERENCIA. La UNAP denunció la invasión de sus tierras al fiscal José Luis Brusquetti, de Filadelfia, pero el funcionario les dijo que tenía «las manos atadas» ante el recurso de amparo concedido por el juez Molas.
El 26 de octubre, la organización ayorea remitió una nota a Marciano Barreto, presidente del Indert, en donde explica detalladamente la situación que padece, y le solicita que «proceda suspendiendo ese negocio de tierras que parece que están haciendo sus funcionarios».
«Hay gente que nos quiere sacar las tierras y es muy grave que usted sea cómplice de este robo», le reprocha a Barreto.
Ante la falta de respuestas por parte del titular del Indert, el 15 de noviembre enviaron otra nota a Barreto, en la que le piden «la suspensión inmediata de todas las mensuras judiciales» en la zona, porque «afectan nuestro territorio y la propiedad misma, así también afecta al hábitat tradicional de los ayoreos en aislamiento voluntario», refiriéndose a grupos silvícolas que aún viven en el monte, sin contacto.
Lunes, 21 de Noviembre de 2011
La Unión de Nativos Ayoreo del Paraguay denuncia que empresas invaden sus tierras en el Chaco, robando madera y cerrando accesos. Acusan al Indert de avalar la usurpación con la realización de una mensura.
Por Andrés Colmán Gutiérrez
[email protected]
«Hemos recurrido ya a la Fiscalía, a la Justicia, al Indert, al Indi, a la Seam, al Parlamento, a la Gobernación… pero nadie mueve un dedo para impedir que nuestras tierras sean invadidas, sean cerrados nuestros caminos de acceso y roben impunemente la mejor madera de nuestros bosques del Chaco», reclama Carlos Picanerai, secretario de la Unión de Nativos Ayoreo del Paraguay (UNAP).
Tras recorrer cerca de 750 kilómetros desde la región en conflicto, Carlos llegó hasta Asunción junto a otros cuatro líderes que representan a unos 2.000 indígenas de 20 comunidades ayoreo de los departamentos de Boquerón y Alto Paraguay, en la Región Occidental, dispuestos a golpear todas las puertas para hacer oír sus denuncias ante lo que ellos consideran un nuevo y grave atropello a sus derechos.
«Somos los dueños legítimos, con los títulos de propiedad en nuestras manos. Son dos fracciones de terreno, de 1.800 y 2.000 hectáreas, en la zona conocida como Ñande Mba′e o Colonia Soldado Guaraní, en la parte sur de la zona de amortiguamiento del Parque Médanos del Chaco y dentro de la Reserva de la Biosfera, pero no respetan nuestros derechos», destaca el líder ayoreo.
Las tierras fueron adquiridas a través de la organización no gubernamental Iniciativa Amotocodie, con fondos de la organización Salva a la selva de Alemania, en base a donaciones de personas interesadas en proteger el hábitat natural de los ayoreos, y pensando principalmente en un lugar para los silvícolas totobiegosode que aún viven en el monte, sin hacer contacto.
IMPUNIDAD. Hace algunos meses aparecieron personas extrañas con maquinarias, que comenzaron a abrir picadas en el monte, en el territorio de los ayoreos, y a cerrar los caminos de acceso.
«Estos invasores de nuestras tierras instalaron casetas con policías y carteles que mencionan a una empresa que se llama Grupan SA y otra, Ganadera Divino Niño Jesús. Después supimos que siete personas están solicitando esos lotes al Indert (Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra) como si fueran lotes fiscales sin dueños, pero son solo prestanombres de estas empresas», alega Carlos Ducubide Picanerai, otro de los líderes ayoreo.
Los solicitantes de dichos lotes obtuvieron un recurso de amparo del juez Juan Carlos Molas, de Filadelfia, que les permite cerrar el paso a los indígenas. «No nos dejan entrar a nuestras tierras, nos cierran el camino con policías, mientras vemos que están robando ilegalmente la madera de nuestros bosques», reclaman los ayoreos.
INDIFERENCIA. La UNAP denunció la invasión de sus tierras al fiscal José Luis Brusquetti, de Filadelfia, pero el funcionario les dijo que tenía «las manos atadas» ante el recurso de amparo concedido por el juez Molas.
El 26 de octubre, la organización ayorea remitió una nota a Marciano Barreto, presidente del Indert, en donde explica detalladamente la situación que padece, y le solicita que «proceda suspendiendo ese negocio de tierras que parece que están haciendo sus funcionarios».
«Hay gente que nos quiere sacar las tierras y es muy grave que usted sea cómplice de este robo», le reprocha a Barreto.
Ante la falta de respuestas por parte del titular del Indert, el 15 de noviembre enviaron otra nota a Barreto, en la que le piden «la suspensión inmediata de todas las mensuras judiciales» en la zona, porque «afectan nuestro territorio y la propiedad misma, así también afecta al hábitat tradicional de los ayoreos en aislamiento voluntario», refiriéndose a grupos silvícolas que aún viven en el monte, sin contacto.