Por Iniciativa Amotocodie
Las temperaturas del planeta en esta semana de julio fueron las más calientes en los últimos 100.000 años, récord que se prevé será sobrepasado varias veces más aún en lo que resta de este año y en los próximos años. Es el escenario de lo que nos espera pronto en el Hemisferio Sur.
El año pasado, en diciembre, una ola de calor azotó Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay, la cual puso en la mira al Paraguay como uno de los sitios más calientes de todo el planeta. Un estudio de la World Weather Attribution (WWA), reveló que el cambio climático provocado por la acción humana hizo que la ola de calor vivida en diciembre de 2022 en nuestro país fuera 60 veces más probable y 1.4°C más caliente. En palabras de Gabriel A. Vecchi, profesor de geociencias y del Instituto Ambiental High Meadows, Universidad de Princeton:
«Las temperaturas en Argentina y Paraguay fueron en realidad más altas de lo que los modelos predicen y no estamos seguros de por qué. Una posibilidad es que estas altas temperaturas estén relacionadas con los cambios en el uso de la tierra o el riego, que no se tienen en cuenta en nuestras simulaciones. Otra explicación es la variabilidad natural: las temperaturas en la región y en otros lugares están aumentando debido al cambio climático, pero este aumento no siempre es uniforme y los valores pueden oscilar alrededor de un valor medio, lo que significa que a veces puede haber temperaturas extremadamente altas más allá de lo que los modelos estiman. Una tercera y más aterradora posibilidad es que nuestros modelos en realidad están subestimando la tasa de cambio climático en esta área, lo que podría estar sucediendo más rápido de lo que pensábamos”
Los motivos detrás de estas olas de calor se encuentran en la acción humana. De acuerdo con Paola Andrea Arias Gómez, profesora titular de la Escuela Ambiental de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia:
“La ocurrencia de olas de calor cada vez más intensas y frecuentes no es algo que solo afecte regiones como Europa o Norteamérica. En Suramérica, también hemos detectado la ocurrencia de estos eventos extremos como consecuencia de emisiones de gases de efecto invernadero y cambios de uso de suelo debido a la actividad humana. Estas olas de calor han generado afectaciones a la salud humana y los ecosistemas en regiones estratégicas de nuestro continente, como es el caso de las olas de calor registradas en noviembre y diciembre de este año”
Los gases de efecto invernadero producidos por la ganadería están calentando el planeta
El gas de efecto invernadero más nocivo para el ambiente es producido por la ganadería. El metano posee un potencial de calentamiento global 86 veces superior que el dióxido de carbono y es producido principalmente por la ganadería. Ha contribuido en un 30 % al aumento de la temperatura en el planeta desde el inicio de la Revolución Industrial.
Con un hato ganadero actual de 13.2 millones, equivalente a dos cabezas de ganado por habitante, Paraguay destaca como un importante jugador en el mercado ganadero mundial, siendo el octavo mayor exportador de carne del mundo, con más del 90 % de la producción destinada a la exportación.
En el país existen 17 frigoríficos, pero son siete los que concentran la mayoría de las operaciones. Los cinco frigoríficos más grandes acaparan el 50 % de estas operaciones, revelando una marcada concentración empresarial. Gran parte de estas empresas son de capital brasileño. Cabe destacar que las gigantes JBS y Marfrig se encuentran entre las mayores emisoras de metano del mundo, según revela un estudio de noviembre de 2022 de Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP) y Changing Markets Foundation. Por ejemplo, solamente JBS supera las emisiones de metano de Francia, Alemania, Canadá y Nueva Zelanda combinados.
Pero no es solo gas metano lo preocupante. Paraguay es el tercer mayor emisor de dióxido de carbono per cápita de Sudamérica, según Climate Watch, por encima de otros países más grandes e industrializados de la región como Brasil, Argentina o Chile. En el 2018, las emisiones per cápita de Paraguay duplicaron las de Brasil. Estas emisiones de dióxido de carbono son en gran medida por la acelerada deforestación para la ganadería, especialmente en el Chaco. Más del 90 % de la deforestación es ocasionada por la expansión de la ganadería, lo cual recordamos que además supone una acción genocida contra el último pueblo indígena en aislamiento voluntario del Gran Chaco, los ayoreo.
La expansión de la ganadería no solo cobra vidas al usurpar territorios indígenas y desplazar poblaciones humanas. Las olas de calor provocan muertes. El estudio de WWA señala que la mortalidad humana en Paraguay y Argentina ha aumentado significativamente en los últimos años a raíz de los calores más intensos y frecuentes. Asimismo, los científicos han resaltado que nuestro país carece de un sistema de alerta temprana de olas de calor, así como de infraestructura adecuada para hacer frente a esta emergencia climática que será cada vez más habitual. Lo que nos espera en los próximos meses y años reviste una gravedad indescriptible.
Es innegable que las olas de calor cada vez más frecuentes y extremas en el mundo son consecuencia de la crisis climática impulsada por la acción humana. La ganadería en Paraguay está contribuyendo a esta trágica realidad, con consecuencias que amenazan la biodiversidad y la sostenibilidad de la vida humana.
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