La comunidad mbya guaraní 15 de enero, del distrito Nueva Toledo (departamento de Caaguazú) fue víctima de terrorismo de Estado. Una intervención policial y de grupos armados expulsó con violencia a 30 familias mbya guaraní de sus tierras.
Más de 30 personas fueron detenidas de manera arbitraria. Durante la expulsión de sus tierras, las familias mbya guaraní sufrieron la destrucción de sus viviendas y pertenencias.
La intervención violenta busca favorecer a sojeros brasileños.
En Paraguay se encuentra llevando a cabo un proceso de limpieza étnica por parte de individuos y grupos de nacionalidad brasileña. Estos invasores brasileños, con el apoyo del Estado paraguayo, despliegan fuerzas policiales y paramilitares para despojar tierras indígenas.
Los diferentes pueblos indígenas también son amenazados a lo largo del territorio por colonias menonitas, así como sujetos de nacionalidad alemana, todos en connivencia con autoridades paraguayas.
El Estado paraguayo así es cómplice de limpieza étnica, un delito de lesa humanidad, para entregar tierras de pueblos originarios a extranjeros.
Estas condenables acciones van en contra de la Constitución Nacional, el Convenio 169 y diferentes tratados internacionales suscritos y ratificados por el Estado paraguayo en materia de DD.HH. y de los derechos de pueblos originarios.
La violencia, criminalización, persecución y expulsión de los pueblos indígenas en Paraguay es un genocidio en desarrollo, y debe preocupar al mundo entero.