«Es muy lamentable lo que vinimos a constatar. Los ancianos y ancianas que nos acompañan vieron que el tipo de ecosistema que caracterizaba esta región hoy está quemado. Garai es un tipo de ecosistema y está totalmente quemado. Pacoringai es otro tipo de ecosistema, con vegetación más alta y todavía sobrevivió, pero está muy debilitada. Ahora lamentamos ver esta destrucción. Creo que ya llegamos al límite de lo que se puede destruir en esta zona. Debemos dejar tranquila a la naturaleza para que ella se recupere sola. No debemos intervenir más acá. Eso es lo que los sabios Ayoreo recomiendan, porque escuchamos a los blancos decir que quieren reforestar con árboles nativos, o aprovechar para plantar algún producto en las áreas quemadas. No estamos entendiendo lo que está pasando. Es tiempo de parar. Deforestación cero y protección a la Reserva de la Biosfera del Chaco».
Estas son palabras de Carlos Ducubide Picanerái, presidente de la Unión de Nativos Ayoreo de Paraguay después de 3 días de visita a la propiedad de 20.000 ha de los Ayoreo en la región de Chovoreca.
Las pérdidas son incalculables. 3.500 Ayoreo están directamente afectados por la pérdida de uno de sus lugares sagrados, y un sitio de cacería y recolección habitual en tiempos de carestía.