Como un caso único fue considerada la sentencia dada por el tribunal paraguayo a favor de la comunidad indígena Cuyabia, quien fuese víctima de la venta ilegal de sus tierras por parte del extitular del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), Ruben Quesnel, condenado a seis años y medio de cárcel por los delitos de lesión de confianza y abandono.
Para los representantes legales, este juicio ha sentado un precedente histórico, ya que por primera vez en los antecedentes judiciales paraguayos se ha reconocido la necesidad de salvaguardar los intereses culturales, así como las costumbres de los pueblos originarios, sin tener que acudir a instancias internacionales.
En ese sentido, el abogado de la organización Tierraviva, Maximiliano Mendieta, resaltó la importancia del uso e interpretación de la jurisprudencia establecida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos para resolver el caso. “Es importante que no hayamos acudido al sistema interamericano, sino que el propio tribunal paraguayo hizo justicia”, sostuvo Mendieta.
Cabe recordar que las tierras vendidas por Quesnel totalizaban unas 25 mil hectáreas ubicadas en la región del chaco paraguayo, territorio ancestral de indígenas Ayoreos. Las mismas fueron otorgadas por un costo inferior a su valor actual.
MENSURA. Si bien el juicio representó un paso importante para la comunidad Cuyabia, todavía queda la delimitación del territorio, es decir, la mensura que iniciará el 21 de abril y determinará si las tierras pertenecientes al pueblo Ayoreo estáníntegras para ser devueltas a la comunidad. Datos indican que actualmente en la zona están asentadas unas once estancias, las cuales ya han deforestado una cantidad importante del territorio. Durante el proceso penal se constató que algunas no han respetado la prohibición de no innovar que debería persistir hasta que se termine los trabajos. La medición y amojonamiento estará a cargo del licenciado Antonio Fretes, agrimensor del INDI, quien en el acto de apertura estará acompañado por el líder de la comunidad, representantes convencionales y los estancieros de la zona.
La lucha de la comunidad Cuyabia es constante y tiene como finalidad la recuperación de por lo menos 25.000 hectáreas de su territorio ancestral con la totalidad de sus bosques.