En entrevista a medio capitalino, guardaparque de Cerro León confirmó observación de señales de aislados

Fuente: Última Hora.

«Los ayoreos silvícolas hacen huecos en los árboles para extraer miel de los panales», indica, y agrega que ve con frecuencia humo que sale del cerro o restos de miel. «Ahora con el desmonte en Agua Dulce no sé qué va a pasar con esta gente», alerta Silvino González, quien hace unos 37 años se desempeña como guardaparques. Tiene a su cargo los parques nacionales Defensores del Chaco (PNDCh) y Río Negro, en el departamento de Alto Paraguay. Reproducimos entrevista publicada por Última Hora, medio capitalino quien llegó hasta la zona para realizar su labor periodística.
Nota extensa. Fotos y Videos: Última Hora. 
Tenía solo 23 años cuando ingresó como guardaparques en la reserva donde se encuentra el cerro León. A sus 60 años se considera un  enamorado de la naturaleza.  Por su oficio, que le obliga a permanecer durante mucho tiempo lejos de su familia –tiene cuatro hijos– su esposa le pidió el divorcio.
En el único instante en que pensó en dejar todo y volver fue cuando los militares ingresaron para extraer piedras y yeso  hace unos 20 años. Sintió mucha impotencia y dolor, dice, al ver cómo Lino Oviedo, otrora comandante del Ejército, dirigía el ultraje luego de ordenar la limpieza de la picada que va de Mariscal Estigarribia al cerro León. Incluso, recuerda que el entonces general  se burlaba  cuando él le advertía sobre la ilegalidad de la actividad y del peligro que eso constituía para la conservación de la biodiversidad de la serranía.
«Lloré cuando pasó lo de Lino, me daba impotencia, no sabía qué hacer», confiesa –en entrevista con ÚH– sobre el desgarro que le produjo sentir que estaba dando su vida para el cuidado de intereses particulares.

«Quitaron 48 cargas de piedras del cerro, no sé para qué; supuestamente para empedrado en Loma Plata», señala.
Premiado.  Silvino reconoce que  lograron atajar esa explotación mediante la presión de los medios de prensa.
Su lucha por defender el cerro León del despojo trascendió las fronteras. Recibió, según cuenta, un premio  en los Estados Unidos  como  Defensor de la Naturaleza,  tras denunciar ante los medios de comunicación la extracción de piedras.
Amenazas.  En la actualidad, la amenaza para el parque Defensores del Chaco no solo representa la posible explotación de los recursos minerales, tal como pretende a largo plazo el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), en su proyecto de prospección geológica en el milenario macizo.
El desmonte cambió el paisaje del suelo chaqueño y se extiende últimamente en los alrededores el parque.
Para este histórico guardaparques, tanto la soja como la ganadería representan  la mayor amenaza para la conservación de todos los parques nacionales que se encuentran en la cabecera de la Región Occidental, reconocida por la Unesco como Reserva de Biosfera.
«Es impresionante el movimiento de vehículos, de camionetas y camiones transganado en los caminos que llevan al parque», apunta. Esto representa un contraste con la desolación que antes se percibía –compara– en estos senderos flanqueados por numerosas estancias que hoy están siendo destinadas para el cultivo de soja y la ganadería.
«Hay menonitas, uruguayos, brasileños y argentinos que están comprando tierras (en el Chaco) para soja», dice, y cuenta que hace poco llegó al parque un grupo de argentinos, expertos en fumigación,  preguntando por Agua Dulce, donde van a probar sus productos. «Es peligroso el tema de la fumigación allá porque tenemos viento fuerte del norte», advierte Silvino al relatar que hubo un tiempo en que se cultivó algodón en la zona y a 5 km de ahí ya no hallaron insectos.
Aclara que no se opone al desarrollo ni al progreso, pero entiende que la expansión del agronegocio debe ser regulada y controlada por el peligro real que reviste para la preservación de los recursos naturales del Chaco.
Ayoreos. Nunca se cruzó con ayoreos silvícolas. Suele ver –dice– señales de los nativos que viven en el cerro.
«Los ayoreos silvícolas hacen huecos en los árboles para extraer miel de los panales», indica, y agrega que ve con frecuencia humo que sale del cerro o restos de miel. «Ahora con el desmonte en Agua Dulce no sé qué va a pasar con esta gente», alerta.
Precisan más dinero para recorrer  y reactivar puestos
El puesto de control de la Secretaría del Ambiente (Seam), que se encuentra al pie del cerro León, está abandonado desde hace una década. Lo mismo ocurre con los de Lagerenza y Agua Dulce, situados en ambos extremos del  PNDCh. Funciona solo el de Lagerenza’i.
Para Silvino González, que se encuentra en la administración central ubicada en Fortín Madrejón, es necesario reactivar estos puestos con mayor infraestructura y con tres guardaparques en cada uno de ellos, como mínimo. «Dos salen a patrullar y uno tiene que quedarse», dice al revelar que en enero pasado el guardaparques de Lagerenza’i se cayó de la moto  y recién al otro día se le encontró tendido en el camino.
Sergio Vargas Esquivel estuvo una semana en terapia intensiva y ahora se recupera. Ya en 1999 un compañero suyo –recuerda Silvino– falleció en similares circunstancias.
Refiere que se deben equipar bien los puestos en el parque con motores generadores, aljibes y paneles solares. Pero para esa reactivación –señala– se debe duplicar el monto (G. 3.000.000) que reciben solo para combustible.